lunes, 10 de febrero de 2014

Conciencia y cultura ambiental


Por: Tania Kleinfeld

Nuestro planeta es un organismo vivo y nosotros formamos parte de él; si lo contaminamos, nos contaminamos; si lo procuramos, nos procuramos a nosotros mismos; si cambia de ciclo, nosotros cambiamos con él…Debemos parar de pensar y actuar como si fuera un objeto del cual sólo se extraen bienes materiales, debemos aprender a sentir como él siente, y así reconocer la vida y conciencia que lo habita.
Por simple que parezca, considerar al planeta como un ser vivo tiene profundas consecuencias: implica transformar hábitos de pensamiento y conducta profundamente arraigados y, por lo tanto,  una nueva relación entre el ser humano y el medio ambiente, que, cabe recalcar, no son dos seres independientes, es uno sólo.
Actualmente, es común que los individuos no estén familiarizados con los problemas ambientales y no tengan claro cómo participar en su comunidad para contribuir a la protección del medio ambiente. Para cambiar esta realidad, es necesaria la creación de una cultura ambiental a través de la educación, capacitación y creación de valores ambientales. No es posible que exista cultura sin educación. La educación ambiental es fundamental para la evolución del ser humano; sólo a través de ella se logrará que los ciudadanos se hagan responsables de su contribución a los procesos de degradación del medio ambiente, que se forme un compromiso claro y consciente con la protección, conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales.
Este debe ser un cambio desde la raíz, no sólo desde la superficie. No basta con leer al respecto, ni con planear y soñar con que algún día viviremos en armonía con el medio ambiente. Llegó la hora de actuar, y para actuar hay que sensibilizar, para sensibilizar hay que educar. La educación fortalece la independencia y autonomía de las personas y permite la toma de decisiones informadas y responsables. A través de la cultura ambiental se pueden impulsar procesos de capacitación, profesionalización y formación ambiental que permitan a dichas comunidades, contar con educadores y líderes para así lograr formar una ciudadanía crítica, propositiva y participativa. La meta de la cultura ambiental es mejorar las relaciones del hombre con la naturaleza y las de los hombres entre sí. Se pretende lograr que la población mundial tenga conciencia del medio ambiente y que cuente con los conocimientos, actitudes, motivaciones y deseos necesarios para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales, para reorientar sus valores y para la transformación contundente de la realidad.

Creaciones Orgánicas es un servicio para la comunidad, en el que se informa y se educa a través de videos, imágenes, y textos que brindan una visión más clara de lo que está sucediendo en materia ambiental en el planeta.

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