Foto: AMMAYOGA
Por: Manu Poder del Sonido
(www.prathida.com)
Vivimos sumergidos en un mundo de vibraciones y sonido.
El sonido, a través de los siglos, se ha transformado en música a lo largo y ancho de la tierra, predominando este entendimiento y conocimiento de la sanación con sonido en culturas orientales, nómadas y autóctonas de occidente.
Quien conozca el misterio del sonido, podrá conocer el misterio de todo el universo y tendrá acceso a la música de las esferas. (Hazrat Inayat Khan)
La sanación está disponible para cada ser humano, se encuentra en cada uno de nosotros. Hay vibración en todo lo que nos rodea; en la voz existen estas frecuencias. El sonido nos afectará para bien o mal de acuerdo a la ley de la resonancia: donde la vibración más fuerte hará vibrar a la más débil igualándolas en una misma frecuencia.
Depresión, tristeza y enfermedad son frecuencias vibrando bajo y de forma inconstante. Alegría, amor y salud son frecuencias vibrando alto y de forma constante.
La naturaleza del hombre es buscar el lugar al que pertenece. Hasta que no encuentre ese lugar, no encontrará esa paz que tanto anhela. La manera en que el hombre puede encontrar su propio lugar es entonar su instrumento (a sí mismo) a la nota clave del acorde a la cual pertenece. (Hazrat Inayat Khan)
Es necesario hacer un estudio de nosotros mismos; encontrar quiénes somos realmente, más allá de nuestra educación, familia, posición socioeconómica.
El sonido es una herramienta de mucha ayuda, pues al calmar por un momento la incesante actividad de la mente, que no nos permite escuchar la voz de nuestro ser, el hemisferio derecho comienza a funcionar con mayor énfasis; lo cual ayuda a que información importante del subconsciente se manifieste de forma consciente en el hemisferio izquierdo, haciendo que ambos hemisferios trabajen a la par comenzando a sanar situaciones del pasado (tanto emocionales, como mentales y sentimentales), entrando en la esfera espiritual.
Las tradiciones chamánicas, los cantos budistas, mongoles, etc. lo que hacen es ir directamente al hemisferio derecho del cerebro, a través de sonidos y cantos repetitivos que no tienen un lenguaje articulado común, para acceder a las capas más profundas del subconsciente.
Ésta es sólo una de las tantas áreas en las que el sonido nos puede ayudar a sanar.
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